Hay días en los que es realmente difícil levantarse. La mejor motivación es saber que en algún momento hay que alimentarse y aunque siempre es una opción levantar el teléfono y solucionar el problema, ayer a pesar de mi malestar de gripa, decidí preparar algo casero para consentir a mi esposo antes de que se fuera a trabajar.

Tenía claro que sería algo rápido y práctico pero que en apariencia se viera elaborado. Esos son mis platos favoritos. Si un día sientes que el hambre y las buenas intenciones están presentes pero tu cuerpo se siente débil o perezoso, esta es la receta.

¿Qué necesitas?

Para 4 porciones grandes

350 g de penne o una pasta corta

1 lata mediana de tomates en cubos

1 libra de carne molida

Tomillo

Orégano

Tabasco

Pimienta

Sal

Queso parmesano

Aceite

Preparación

Pon a hervir en una olla grande 3 tazas de agua con un poco de sal. Cuando esté hirviendo agrega la pasta y ponla a cocinar durante 8 minutos o según instrucciones del empaque.

Mientras está la pasta, agrega un poco de aciete en una sartén grande y cuando esté caliente pon a dorar la carne. Cuando tome un color café, agrega la lata de tomates, el tomillo, el orégano, unas gotas de tabasco (si te gusta picante agrega bastante), la sal y la pimienta. Deja cocinar durante 10 minutos a fuego medio.

Escurre la pasta, ponla en una refractaria formando una base, agrega la salsa por encima y cubre con queso parmesano.

Lleva la refractaria al hornito tostador hasta que el queso se gratine y listo.

Delicioso, bonito, ¿y sabes cuánto te demoras? 15 minutos.

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