Cada vez que voy a conocer un restaurante, ustedes, mis queridos seguidores se convierten en esas pobres víctimas que deben soportar al menos una decena de tweets con fotografías de comida y comentarios sobre la experiencia.

Ayer, estuve en un lugar nuevo con la misma idea en mente. Estaba sacando la cámara para captar algunos detalles de este joven hallazgo, cuando llegó a nuestra mesa Santiago Molina, el chef del lugar.

Con gran entusiasmo nos empezó a contar cómo había nacido la idea de La Fama Barbecue, el primer restaurante colombiano donde se puede probar la auténtica barbacoa, la misma que se come en el sur de Estados Unidos, incluso mejorada, pues cuenta con esas novedades que solo produce nuestra tierra y que no se pueden encontrar en suelos ajenos.

A medida que Santiago hablaba, iban apareciendo más datos interesantes. Ahí fue cuando me dije: un sitio así, amerita un post.

Y no lo digo solamente porque sienta que su comida sea de gran calidad, lo digo porque creo que existe un concepto que incluye una buena dosis de investigación, pasión y diseño, que se integra a nuestro país y a sus ingredientes.

El corazón del local es sin duda los dos grandes ahumadores que llegaron desde Tennessee. Aunque la barbacoa original se hace de manera artesanal y con un proceso manual de calentamiento y enfriamiento de las brasas, los ahumadores permiten obtener un resultado similar y tener un proceso controlado que lo hace todo más práctico.

Ellos son los encargados de albergar durante 14 horas en promedio, diferentes cortes de carne de cerdo, res y pollo, cada uno adobado de manera diferente.

Al salir, la carne está tierna, dorada, olorosa y por supuesto, ahumada, increíblemente ahumada y deliciosa.

¿Tendrá algo que ver que los cerdos que utilizan son criados de manera homeopática, viven en total armonía y son tan consentidos que les practican Reiki?

No lo puedo asegurar, pero sí puedo decir que las costillas de cerdo, los chicharrones, el pork belly, los chorizos caseros, el pollo y el morrillo, han pasado por un tratamiento VIP.

Para acompañar encontrarán anillos de cebolla crocantes acompañados de una salsa de pimentón ahumado, papitas criollas con suero costeño, los auténticos macaroni & cheese o la tradicional coleslaw.

Pero La Fama no es un lugar donde solo se va a comer (aunque sería un pecado no hacerlo). Ese look de bodega clandestina (escondido en Chapinero Alto), invita a estar entre amigos, quedarse horas hablando y chocar los vasos de sus originales cócteles. Me llamó la atención el de sandía, vodka y jalapeños.

Nuestra experiencia terminó con una bola de helado de vainilla entre 2 galletas caseras. Un final sencillo que hizo más grande nuestra sonrisa.

Nos fuimos con ganas de volver a calmar varios antojos y llenos de curiosidad. Si tu también la tienes, dale un vistazo al video y a los otros dos que encontrarás en su canal de youtube. Podrás llevarte una buena idea del lugar.

La Fama Barbecue queda en la calle 65 Bis no. 2-85 en Bogotá, Colombia.

Twitter: @LaFamaBarbecue

www.lafama.com.co