Ya todos conocemos la manera fácil de preparar esta rica salsa de carne: un sobre de salsa boloñesa, agua, fuego, revolver y listo.

Existe otra muy común: frasco, abrir, calentar, y ya está.

Si es tan sencillo, ¿por qué hacerla desde cero?

No hay otra respuesta, es difícil que prueben otra igual.

Al ver los ingredientes no te sorprendas si no ves dentro de ellos toneladas de tomate, la boloñesa que más se acerca a la original lleva muy poco.

¿Qué necesitas?

Para 4 ½ tazas

3 cucharadas de aceite de oliva

1 zanahoria grande rallada

2 tallos de apio picados

½ cebolla cabezona picada

1 ¼ libra de carne molida

¾ taza de caldo de pollo o de res

2/3 taza de vino blanco seco

2 cucharaditas de salsa de tomate

1 ½ de leche entera

Sal, pimienta al gusto.

Preparación

En una sartén grande a fuego medio, pon a calentar el aceite de oliva y cocina durante 5 minutos la zanahoria, el apio y la cebolla hasta que esta última esté transparente.

Agrega la carne molida y déjala cocinar hasta que esté oscura. Añade el caldo, el vino, la salsa de tomate, sal y pimienta al gusto.

Baja la temperatura, tapa un poquito la sartén (no del todo) y empieza a agregar de a 2 cucharadas de la leche mientras la salsa hierve.

Deja cocinar hasta que la boloñesa tenga la consistencia de una sopa muy espesa y deja a fuego muy bajito durante 2 horas.

Puedes agregarle alguna hierba para darle más sabor. Yo por ejemplo siempre le pongo un par de ramas de tomillo que luego retiro.

Sírvela caliente sobre espagueti, tagliatelle o noodles.

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