Cuando vengo a Cali mi plan dista mucho de "azotar baldosa" o de tomar Blanco del Valle. A mi lo que me gusta es quedarme en la casa, visitar a mis tías y a mi abuelita, hablar con mis papás, mi hermano, estar con mis amigas.

Me gusta abrir cajones para desempolvar credenciales de amor y amistad, encontrarme con ese vestido que ya no me queda pero que será un hit de nuevo en el 2020, abrir la nevera y darme cuenta de que en esta casa nunca faltarán el queso, las arepas, el yogur y las peras.

Mirar las repisas de la cocina y hojear los libros de recetas de mi mamá. Recordar que gracias a ellos preparé mi primer helado casero y supe que "una pisca" es un poquito menos de 1/4 de cucharadita.

Hoy, estando en mi casa y sin el tiempo en contra, encontré esta deliciosa receta en el libro: "Cocina diaria paso a paso". Son muchas las preparaciones que este libro me dio en la adolescencia, por eso no tengo la menor duda de que es absolutamente espectacular.

¿Qué necesitas?

Para 4 personas

1 frasco de espárragos enteros (reservar el jugo)

1 papa en rodajas delgadas

1 cebolla cabezona blanca picada

1 puerro en rodajitas

1 taza de crema de leche

150 g de mantequilla (9 cucharadas aprox)

2 tazas de caldo de ave o de verduras

sal y pimienta

Preparación

Sofríe en mantequilla la cebolla, el puerro y la papa, durante 8-10 minutos a fuego lento. Agrega los espárragos (sin las puntas), el caldo y el líquido del frasco, sal y pimienta al gusto y deja cocinar durante 20 minutos.

Licua la sopa, cuélala y llévala de nuevo a la licuadora con la crema de leche.

Calienta la sopa sin que hierva y sirve con las puntas de los espárragos sobre la crema y un poco de crema de leche.

También puedes ponerle papitas fosforito.

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