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MOMPICHE DECAMERÓN: EL PLAN CUANDO NO QUIERES PLANEAR

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La vida nos va a cambiar dentro de poco (si es que no ha cambiado ya en los últimos meses). Cada tres minutos nos dicen la frase: “aprovechen para dormir ahora porque después  no van a poder” o nos dan palmaditas en la espalda recordándonos que va a pasar un buen tiempo sin poder darnos un descanso.

En lo personal prefiero no llenar de tanto dramatismo la llegada de un bebé pero en un ataque de realismo y siendo consiente de las agendas locas a las que mi esposo y yo nos sometemos cada semana, le propuse darnos un corto pero merecido escape.

Como planificadora extrema me gusta tener el control de cada itinerario y coordinar cada detalle pero esta vez no quería hacer NADA. Teníamos poco tiempo para hacerlo y la verdad no quería agregarle una gota de estrés a mi vida (entre el trabajo, el estudio y alistar todo para la llegada de una nueva vida, lo único que quería era preocuparme por cuadrar un viaje).

Después de ver varias opciones la mejor opción parecía ser uno de los planes de Multivacaciones Decameron y las palabras mágicas: Todo incluido.

En estos momentos y varios kilos de más, la ley del menor esfuerzo es lo mío.

La idea era ir a un lugar que no conociéramos, así que empacamos y nos fuimos para Mompiche en Ecuador.

La verdad el viaje fue un poco más largo de lo que pensábamos pues saliendo desde Bogotá debíamos hacer escala en Cali, de ahí tomar un avión para Esmeraldas-Ecuador y luego un bus hacia Mompiche en un viaje que dura 2 horas aproximadamente.

A pesar del cansancio hay que decir que los vuelos salieron muy puntuales y el viaje en bus nos lo hicimos divertido (viajar con mi esposo siempre lo es). Las carreteras en Ecuador son excelentes y eso que no ves un solo peaje en la vía.

Llegamos a Mompiche y de entrada nos sorprendieron las lindas instalaciones.

Me imaginaba algo más básico y sencillo pero resultó ser un amplio, moderno e imponente resort.

Como nos habían adelantado el check in en el bus, llegamos directo a la habitación.

Enorme, muy limpia y con una vista que quitaba la respiración (eso fue lo que más me gustó).

Mi plan principal para ese día era comer en alguno de los 3 restaurantes a la carta del hotel: Acantilado (especializado en pescados y mariscos), Miso (cocina Thai y sushi bar) o Il forno (cocina italiana).

La cuestión es que aunque están incluidos, puedes hacer reserva desde la segunda noche de alojamiento y como nuestra estadía era tan cortica, no alcanzábamos a comer en alguno de ellos; así que haciendo uso de mis encantos que no eran más que contarle al administrador que tengo una página sobre cocina y que no quería irme sin poder conocer la experiencia de su comida a la carta, logré que hiciera una excepción y nos ayudará a adelantar la reserva para las siguientes dos noches.

Fue así como esa primera noche pudimos disfrutar de una agradable comida generosa en frescos mariscos –las ventajas de estar en un lugar eminentemente pesquero- con el sonido del mar de fondo y muy buena atención.

Terminamos la noche con unos whiskeys para mi esposo y un par de cocteles sin licor para mi que pudieron ser más por contar con barra libre pero el sueño era el peor enemigo.

Al otro día el plan (además de comer y comer y comer), era ir a la playa. No sé si era la época o un día poco favorecedor pero estaba algo frío y opaco.

Aún así nos sentamos a ver el mar, a hablar sin parar y a mirar a los arriesgados practicar las múltiples opciones de deportes acuáticos que se pueden realizar en la isla Portete que queda justo a la playa y que es de uso del Decamerón.

Nosotros tuvimos que rechazar un paseo por los manglares y en cuatrimoto porque aunque siempre he tenido un espíritu “aventurero”, cuando uno tiene casi 7 meses de embarazo creo que no quiere ni montarse en el gusanito de la ciudad de hierro.

Fuimos a los shows nocturnos, caminamos por todo el hotel, “mecateamos” en los restaurantes tipo buffet y terminamos con una buena comida en el restaurante de comida Thai.

            

El balance estuvo bien. Logramos el objetivo de no tener que mover un dedo en el viaje pues todo estaba a la mano e incluido, nos desconectamos de todo y de todos y pudimos comer a nuestras anchas sin pagar de más.

En resumen, si estás buscando un plan así sin tener que esforzarte demasiado, los de Multivacaciones Decamerón pueden ser una práctica y buena opción.

 

 

 

Leido 4273 veces Última modificación el Miércoles, 03 Diciembre 2014 20:43

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