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En la vida tenemos dos caminos: el corto y el largo. El primero es práctico e inmediato, el segundo aunque lleva tiempo nos hace disfrutar más cada paso.
Tal vez esa es la razón por la que me gusta preparar algunas cosas desde cero. Primero, porque sé qué estoy comiendo. Segundo, porque me gusta el proceso y me siento orgullosa al saber que lo hice yo con mis propias manos y tercero, porque el sabor cambia de manera radical.
La salsa napolitana es un buen ejemplo para probar la diferencia entre una salsa procesada en la fábrica y una preparada en la casa.
¿Qué necesitas?
½ taza de aceite de oliva
½ taza de ajos picados
½ taza de hojas de albahaca picadas
700 g de puré de tomate (tomates sin piel ni semillas) o una lata grande de puré de tomates
¼ de cucharadita de sal
¼ de cucharadita de pimienta
½ cucharada de azúcar
Preparación
Pon a calentar un sartén grande con el aceite de oliva. Agrega el ajo picado y déjalo dorar durante 5 minutos. Retira el ajo del aceite y añade las hojas de albahaca. Revuelve durante 1 minuto hasta que empieza a soltar el aroma. Ahora agrega el puré de tomate, la sal y la pimienta. Revuelve bien y tapa el sartén para que la salsa espese. Esto tomará alrededor de 30 minutos. Prueba el sabor y agrega el azúcar si la sientes un poco ácida.
Sírvela de inmediato sobre una pasta, una milanesa, unas berenjenas apanadas o úsala para hacer una pizza.
Si no vas a usarla de una, puedes conservarla en la nevera durante 3 días o congelada durante 3 meses.
Comentarios
Gracias a ti por prepararla!
Qué alegría leer esto Mikaela!
Gracias a ti Mario por hacer la receta. Un abrazo.
No se incorpora de nuevo Luz, es solo para darle sabor al aceite.
No mames, hizo todo lo demás xD
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